El mayor obstáculo para los cineastas amateurs es su propio sentimiento de inferioridad vis-à-vis con las producciones profesionales. La propia clasificación “amateur” tiene un timbre apologético. Pero la propia palabra –del latín “amateur”– “amante” significa alguien que hace algo por amor a la cosa más bien que por razones económicas o por necesidad. Y este es el significado por el cual el cineasta amateur debe tomar su camino. En lugar de envidiar el guión y los escritores de diálogos, los actores entrenados, los equipos elaborados y los sets, los enormes presupuestos de producción de los films profesionales, el amateur debe hacer uso de la gran ventaja que todos los profesionales le envidian, llámese libertad –tanto artística como física.

Libertad artística significa que el cineasta amateur nunca es forzado a sacrificar el drama visual y la belleza a una corriente de palabras, palabras, palabras, palabras, a la incesante actividad y explicaciones de un plot, o al despliegue de una estrella o del producto de un patrocinador; de la producción amateur no se espera que retorne utilidades sobre una gran inversión manteniendo la atención de una audiencia masiva y variopinta por 90 minutos. Como el fotógrafo amateur el cineasta amateur puede dedicarse a la belleza y la poesía de lugares y eventos y, desde que usa una cámara de cine, puede explorar el vasto mundo de la belleza y el movimiento… En vez de tratar de inventar un plot que mueva, usa el movimiento del viento o del agua, los niños, la gente, elevadores, pelotas, etc., como un poeta las celebraría. Y usa su libertad para experimentar con ideas visuales; sus errores no harán que lo despidan.

Libertad física incluye libertad de tiempo –libertad de los plazos impuestos por un presupuesto. Pero sobre todo, el cineasta amateur, con su pequeño, ligero equipo, tiene una inconspicuidad, y una movilidad física que es la envidia de la mayoría de los profesionales, cargados como están por sus monstruos de muchas toneladas, cables y equipos. No olvides que no hay trípode construido que sea tan milagrosamente versátil en movimiento como el complejo sistema de soportes, articulaciones, músculos y nervios que es el cuerpo humano, el cual, con un poco de práctica hace posible una enorme variedad de ángulos de cámara y acción visual. Tú tienes todo esto y un cerebro también, en un solo, compacto, empaque móvil.

Las cámaras no hacen films. Los cineastas hacen films. Mejora tus films no añadiendo más equipo y personal sino usando lo que tienes a su total capacidad. La parte más importante de tu equipo eres tú mismo. Tu cuerpo móvil, tu mente imaginativa, y tu libertad para usar ambos. Asegúrate de usarlos.

Maya Deren, Film Culture, Invierno de 1965.

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