Otra mujer arrinconada

Oswaldo Osorio

Otra vez las adversidades de la mujer en el cine iraní, otra vez un sutil pero contundente alegato contra su condición en aquella sociedad, otra vez el retrato de una cultura machista y patriarcal que arrincona a las mujeres en una cotidiana marea de limitaciones y pequeñas o grandes tiranías. Son muchas películas sobre esta situación, que cada vez se hacen más y hasta nos llegan con mayor frecuencia, y sin embargo, no podría decirse que está agotado el tema.

Claro, para quien conozca buena parte de los títulos con los que, por demás, se podría hacer un largo ciclo y de gran nivel, puede que esta película de la debutante Ida Panahandeh no parezca mucha novedad, pues tiene los elementos esenciales en los que se basan casi todas las demás, desde La manzana (1998), pasando por El círculo (2002), hasta Una separación (2011): ese realismo cotidiano que caracteriza al cine iraní de las últimas dos décadas, el relato contado desde el punto de vista de una o varias mujeres, la sistemática opresión por parte de la cultura patriarcal a sus derechos, no solo como mujeres sino como ciudadanas, y su deseo de hacerle resistencia a este sistema.

Habría entonces que buscar los puntos en que este filme hace la diferencia. Uno de ellos, es que ese realismo está menos signado por los tiempos muertos y más por las acciones cotidianas de una mujer que nunca está quieta, que siempre tiene un afán físico o emocional. En ese sentido, es un relato con un ritmo más constante y un argumento más “movido”, en cual la mujer con el nombre del título, a pesar de estar divorciada, no puede reiniciar su vida con el hombre que ama, pues su ex marido le quitaría a su hijo y se ganaría el desprecio de todos quienes la rodean.

También, y sobre todo, está la naturaleza de carácter de Nahid, pues no se trata del todo de la mujer subyugada por los hombres y las tradiciones, ni tampoco la libertaria que tendría una apologética visión de la resistencia femenina, sino que es un amasijo de contradicciones y salidas en falso, una mentirosa sistemática, obligada a serlo un poco por las circunstancias, pero también por lo que podría leerse como banalidad o egoísmo. En todo caso, se trata de un personaje con muchos más matices que las habituales protagonistas de estas películas y, en esa medida, resulta más compleja y hasta atractiva en el contexto de la historia.

Puede que este filme a muchos les diga lo mismo que les han dicho otros tantos relatos sobre el tema, pero habrá también para quienes resulte reveladora y significativa en ciertos aspectos, como por ejemplo, que a fuerza de ver tantas películas así, la conclusión que se saca a la primera no es ya tanto la evidente injusticia y desigualdad en la que viven estas mujeres, sino que ahora hay una sistemática consciencia de que esto ocurre y que se puede combatir y resistir, al menos haciendo películas, inspiradas en mujeres inconformes con lo que sucede y que, a su vez, pueden servir de modelo para otras en su condición.

 

Publicado el 19 de junio de 2016 en el periódico El Colombiano de Medellín. 

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