¿Retrato de un héroe histórico?

Por Oswaldo Osorio

ImageDespués de Septiembre 11 muchas cosas cambiaron en el mundo y aunque el cine siempre ha sido un reflejo de la realidad, Hollywood por lo general ha sido cauteloso, por no decir que cobarde, cuando de hablar de la realidad se trata. Hasta hace muy poco, lo que ocurrió aquel día en Nueva York sólo se había abordado desde un patriotismo simplón o  como excusa de algún filme de acción. Pero en los últimos años, han sido realizadas una serie de películas que tratan de reflexionar sobre las verdaderas consecuencias de aquellos ataques.

Aunque esta película no es estrictamente sobre esta última guerra que libra Estados Unidos contra sus nuevos enemigos, los terroristas y fundamentalistas islámicos, sí tiene mucho qué ver, porque son problemáticas que terminarán relacionándose. El filme cuenta la historia de un influyente congresista, Charles Wilson, quien a principios de los años ochenta, prácticamente por iniciativa y gestión suya, condujo a los Estados Unidos hacia la última batalla de la guerra fría, esto es, contra la ocupación soviética en Afganistán.

De manera que la película expone tanto la política intervencionista mundial de Estados Unidos como los mecanismos que, en la política interna,  hacen posible esta intervención a partir de la aprobación de exorbitantes sumas para librar "guerras secretas". En esta medida, la cinta resulta reveladora, y se esmera en dar cuenta de la doble moral que hay tras estas negociaciones en el capitolio que deciden la vida de miles de personas, así como el sistema político en el que es posible que unos pocos hombres, incluso uno solo, manipulen a los representantes de la nación más poderosa del mundo para conseguir sus objetivos.

Pero no se trata estrictamente de una película de denuncia, porque lo más desconcertante de ella es el tono en que construye sus personajes y cuenta la historia, un tono un tanto juguetón, cargado de cinismo y diálogos ingeniosos, pero sobre todo, con una mirada de la que no se sabe bien si se está una haciendo una apología o un reproche a este político que, entre encantador y corrupto, fue determinante en el acontecimiento que dio por terminada la historia del siglo XX, esto es, la caída del imperio soviético y el fin de la guerra fría.

Aunque en realidad se trata más de una apología, porque desde el principio presentan a este hombre como un simpático y carismático personaje que, para ajustar, está interpretado por el actor con mayor aceptación y credibilidad de Hollywood: Tom Hanks. Además, está acompañado de otra estrella, Julia Roberts, así como del último gran actor norteamericano, Phillip Seymour Hoffman, y dirigidos por una institución de la industria, Mike Nicholls. En otras palabras, se trata de Hollywood propiamente hablando de política, como hace poco lo hiceron Robert Redford, Meryl Streep y Tom Cruise en Leones por corderos, O George Clooney en Syriana.

La cuestión es que estas películas nada tienen qué ver con la carrera de estas superestrellas, ni con lo que normalmente se hace en la Meca del cine, pero la situación política en Estados Unidos y el mundo está haciendo propicio hablar del tema. Lo que hay que preguntarse es qué se está diciendo. Y en Juego de poder, por ejemplo,  están elevando al rango de héroe histórico a un político corrupto y manipulador a quien supuestamente Estados Unidos (y el mundo libre, como dicen ellos), le deben mucho. Sólo hay un intento de hablar de las catastróficas repercusiones de esta "guerra privada" del senador Wilson al final, con una fábula moralista y una frase en la que el político dice que "metieron la pata".

Por otra parte, se trata de una película que muy poco ofrece en términos del lenguaje cinematográfico, porque todo se desarrolla a partir de los diálogos entre los personajes. Sin embargo, la forma como venden a su protagonista, el sarcasmo que cruza toda la visión sobre la política y los diálogos ingeniosos y llenos de ritmo, la hacen una película entretenida y hasta divertida, muy a pesar de que se esté hablando de asuntos muy serios. Pero eso no parece importar aquí, porque lo que importa es que el espectador simpatice con el personaje, no se llene de tedio y, de paso, asienta complacido por todo lo que este político hizo y lo que representó para Estados Unidos y el mundo entero.

FICHA TÉCNICA Juego de poder (Charlie Wilson's war)
Dirección: Mike Nichols
Guión: Aaron Sorkin; basado en el libro homónimo de George Crile.
Producción: Tom Hanks y Gary Goetzman.
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Stephen Goldblatt.
Reparto: Tom Hanks (Charlie Wilson), Julia Roberts (Joanne Herring), Philip Seymour Hoffman (Gust Avrakotos).
USA - 2007 - 97 min.

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